ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA: MÁS ALLÁ DE LA MORAL CRISTIANA

 

    Resulta sugerente plantear que la gran repercusión e influencia de Also spracht Zarathustra en la cultura occidental pueda tener que ver con la alta calidad poética del texto de Nietzsche más aún que por el indudable interés del pensamiento que desarrolla. De hecho, la primera impresión, llamativa, que cualquier lector moderno recibe al avanzar en la lectura de sus páginas es la de que no se encuentra ante un tratado de filosofía. En cambio, si nos olvidáramos de lo que su autor significa en la historia del pensamiento y planteáramos la idea de que se trata de un interesante libro de prosa poética simbolista, en la órbita de Rimbaud o de Yeats, podríamos considerarlo la obra de un gran estilista, representativo de su tiempo.

    Por otro lado, sería ridículo pretender soslayar la importancia intelectual del pensamiento de Nietzsche en general y de Así habló Zaratustra en particular en la evolución de la filosofía europea de la Etapa Disolvente. De alguna manera, tal vez potenciado por el especial valor poético del lenguaje utilizado, el pensamiento original, vitalista, antidogmático y revolucionario de Friedrich Nietzsche se ha impuesto como precursor y catalizador de una serie de ideas abstractas, conceptos filosóficos y formas de entender la vida que ya en el primer tercio del siglo XX llegaron a condicionar el destino de Europa y, por extensión, del resto del mundo: la voluntad de poder, la noción del superhombre, el amoralismo y la muerte de Dios, el eterno retorno de lo idéntico...

    Así habló Zaratustra fue compuesto en tres partes escritas y publicadas entre 1883 y 1884. Al año siguiente, Nietzche redactó lo que ahora es la cuarta parte, de forma independiente, pero no fue publicada hasta 1890 y solo se añadió a lo anterior en 1892. A este respecto, recuérdese que Nietzche estaba incapacitado debido a sus problemas mentales desde 1890, por lo que el proceso de edición de sus últimas obras y, por lo tanto, de esta versión definitiva de Also spracht Zarathustra fue llevado a cabo por sus colaboradores. Insistimos en esto porque, desde un punto de vista estrictamente literario, resulta llamativa la enorme diferencia entre esa cuarta parte y las tres anteriores. Estas están compuestas a base de sucesivos discursos de Zaratustra que no obedecen a ninguna secuencia argumental interna. Solamente en el paso de una parte a otra hay alusiones a alguna peregrinación o traslado del profeta, que condiciona o justifica alguno de los discursos. En cambio, la cuarta parte está organizada toda ella como una búsqueda mística del protagonista, que le lleva a contactar con una larga serie de personajes alegóricos que dan forma y sentido a la sección. El hálito poético espontáneo, caótico y arrebatado que marca el tono y la disposición de las tres primeras partes se vio sustituido en la cuarta por la voluntad de organizar un texto más narrativo y alegórico, más fácilmente interpretable pero también menos atractivo desde un punto de vista lírico.

    Zaratustra es el nombre con el que Nietzsche se refiere a Zoroastro, creador del Mazdeísmo hacia el siglo VI a. C., que llegó a ser la religión propia del Imperio Persa Aqueménida primero y del Sasánida del siglo VI d. C. finalmente. Sin embargo, el pensamiento expresado por el protagonista de la obra de Nietzsche no tiene nada que ver con esa antigua religión dualista ni Ahura Mazda, el dios zoroástrico, llega a aparecer en Así habló Zaratustra. En cambio, la obra del filólogo alemán se presenta estilísticamente como un conjunto de predicaciones propias de un antiguo profeta bíblico, para lo que Nietzsche recurre al tono vehemente, ampuloso, poético y oscuro del Antiguo Testamento hebreo, y, de hecho, no resulta difícil encontrar en su texto numerosos ecos de Isaías, de Ezequiel o de los profetas menores. Nietzsche se propone, por lo tanto, superar las bases morales y filosóficas de la cultura occidental, de raíz cristiana, recurriendo a la figura mítica de un profeta anterior y ajeno a la tradición judía de la que procede Cristo. Sin embargo, en el aspecto lingüístico, se sirve de una poética propia de la Biblia, con lo que su Zaratustra acaba siendo en cierto modo un doble de Jesucristo, algo mucho más evidente cuando recordamos que la edad de Zaratustra, cuando comienza su predicación, es de 30 años, es decir, la edad de Cristo.

    La intuición lírica de Nietzsche fue coronada por el éxito. Aunque desde el punto de vista conceptual Así habló Zaratustra no supera los planteamientos filosóficos de Más allá del bien y del mal o de La genealogía de la moral, el tono apasionado y lírico del libro, la capacidad de sugestión de sus imágenes, la habilidad del autor para apuntar el diseño de un nuevo sistema suprarreligioso y las posibilidades de desarrollo intelectual de sus principales ideas supusieron un enorme paso adelante en la tarea disolvente de los intelectuales europeos de la segunda mitad del siglo XIX. Gracias a la indeterminación esencial del lenguaje poético de Así habló Zaratustra, el pensamiento filosófico de Nietzsche quedó a disposición de los más variados movimientos políticos e intelectuales posteriores. De hecho, incluso en la actualidad, Nietzsche sobrevive gracias a las interminables reinterpretaciones que su texto, como cualquier otro escrito lírico-religioso, posibilita. [E. G.]

EDICIONES DIGITALES

    Edición original: https://www.wissensnavigator.com/documents/zarathustra.pdf

    Traducción inglesa: https://www.hamilton.net.au/nietzsche/zarathustra/

    Traducción francesa: https://www.ebooksgratuits.com/pdf/nietzsche_ainsi_parlait_zarathoustra.pdf

    Traducción castellana: https://www.dominiopublico.gov.br/download/texto/bk000286.pdf