LA DIVINA COMEDIA: CIMA Y GOZNE DE LA CULTURA MEDIEVAL
Los datos objetivos de la obra a la que el poeta florentino Dante Alighieri tituló Commedia son apabullantes. Se trata de un largo poema narrativo, una peculiar epoyeya, por lo tanto, escrita en el largo periodo de casi veinte años que va desde 1304 hasta la muerte del autor en 1321. Está distribuida en tres partes, a las que precede un canto que funciona como proemio. Como cada una de esas partes, Inferno, Purgatorio y Paradiso consta de 33 cantos, el total de la obra tiene cien cantos, todos ellos escritos en tercetos endecasilábicos encadenados. En total la Divina comedia de Dante está formada por 14.233 versos. Su éxito fue tan inmediato y tan grande que en la actualidad se conocen al menos 800 manuscritos de la obra y su primera edición impresa se remonta al año 1472, siendo el primer libro en lengua romance impreso en la península itálica.
Pese al inmenso prestigio que ha logrado mantener a lo largo de siete siglos y al aspecto imponente, desmesurado, que presenta como magna obra literaria, tal vez convenga comenzar el acercamiento a la Divina Comedia resaltando los aspectos de tanteo, de punto de partida, de apuesta personal y solitaria del autor, que suelen pasarse por alto.
Conociendo su biografía, intuimos que solo a la soberbia y egolátrica personalidad de Dante pudo ocurrírsele en su tiempo plantear una obra de la originalidad y ambición de su Comedia. De acuerdo con los orígenes clásicos del título, el propósito inicial del autor era enlazar directamente con la Antigüedad utilizando para su creación artística un género que, siendo ajeno a la poética medieval, pertenecía por tradición a la literatura latina. Esta arriesgada innovación estética pone de manifiesto, al mismo tiempo, una amplia serie de opciones culturales del autor igualmente novedosas: el intento de superar los modelos de prestigio del momento, sobre todo francos y provenzales; la reivindicación, con implicaciones políticas, del pasado romano e imperial de las tierras itálicas; la opción a favor de la lengua romance como vehículo cultural, en competencia con la literatura latina.
Y todo ello lo lleva Dante a cabo sin nisiquiera tener un conocimiento cabal del significado técnico de la palabra “comedia” en la cultura grecorromana que pretende reivindicar. Nos hallamos, pues, ante uno de los casos más evidentes y trascendentales de una de las características más propias de la cultura europea de todos los tiempos: la reconstrucción interesada de una Antigüedad ficticia.
Algo similar sucede con la figura de Virgilio. ¿Qué tiene que ver el poeta romano del siglo I a.C. con el personaje de la Comedia? Es muy probable que la principal razón por la que Dante elige a Virgilio como guía sea sus conocimientos del mundo de ultratumba, demostrados en el libro VI de la Eneida en el que el protagonista desciende al infierno y conversa con las sombras del Hades. Por lo demás, su incorporación como mero acompañante al argumento de la obra convierte a Virgilio en un escritor puramente mítico, un eco formal del prestigio literario de la latinidad imperial al que el autor florentino quiere incorporar su obra, por otra parte, sin embargo, plenamente medieval.
Ni el estilo, ni el lenguaje, ni la forma poética ni el contenido de la Comedia de Dante tienen nada que ver con las obras de Virgilio ni con la estética o el pensamiento de la Antigüedad clásica. El infierno, por ejemplo, con imágenes inspiradas en tradiciones cristianas apócrifas como el Apocalipsis de Pedro, carece de relación directa con los pasajes correspondientes de la épica grecorromana y no pasa de ser un ajuste de cuentas del autor con sus enemigos políticos, lo cual, curiosamente, podría considerarse lo único que de auténtica “comedia” puede encontrarse en la obra. El Paraíso, por su parte, pese a la innegable belleza lírica de determinados pasajes, con la transfiguración angélica de Beatriz y la complejidad teológica de los discursos de los personajes, pudo ser leído en la Baja Edad Media como uno de los más sofisticados e interesantes desarrollos literarios de la teología medieval pero en la actualidad resulta un texto anacrónico y farragoso.
Sin embargo, como en tantas otras ocasiones en la historia de la cultura europea, son las inconsecuencias, las excentricidades, la megalomanía del autor y de su obra lo que han hecho de la Divina Comedia una obra inmortal.
Recordemos ahora que el calificativo de “divina” fue incorporado a la valoración del poema, todavía no al título, por su primer gran comentarista, Giovanni Boccaccio, cincuenta años después de que se publicara por primera vez completa. Fue el momento del reconocimiento definitivo de la grandeza de la obra de Dante o, lo que es lo mismo, la reivindicación de esas apuestas estéticas del autor a las que nos hemos referido antes. Para entonces, en la segunda mitad del siglo XIV, Boccaccio, en sus lecturas públicas de Dante al final de su vida, estaba llevando a cabo un reconocimiento mucho más amplio. En primer lugar, que el uso literario del dialecto florentino, el del propio Boccaccio, el que también él había utilizado en su Decamerón, había sido un éxito. El romance vulgar había logrado ponerse a la altura del latín para la expresión literaria de la más alta cultura, superando la crítica que incluso un amigo del propio Dante, Giovanni del Virgilio, le había hecho por no haber utilizado el latín.
Igualmente, ese mismo Boccaccio, que había dedicado los mayores esfuerzos de su edad adulta a reconstruir la religiosidad pagana en su gran obra latina Genealogia deorum gentilium, está reconociendo el acierto de Dante al servirse de Virgilio, de lo que él creía que era el género de la “comedia” y, en general, de los referentes literarios de la cultura grecorromana como el punto de partida para la superación de la estética medieval de la etapa anterior. Por último, al reconocer la grandeza de la obra y de la figura poética de Dante, Boccaccio sanciona también el estilo poético utilizado por su antecesor, no solo los tercetos endecasilábicos que componen la Comedia sino toda la poética del Stil Nuovo, desarrollada por Dante en su otra gran obra toscana, la Vita Nuova, y llevada a su máxima expresión por el otro gran maestro reconocido por Boccaccio, Francesco Petrarca, en su Canzoniere.
A partir de ahí la Divina Comedia se convirtió en un auténtico objeto de culto literario en Europa. Dante, el escritor que había viajado al infierno, al purgatorio y al paraíso y había regresado para contar su visión, llegó a representar el principal modelo de intelectual europeo, dotado de amplios conocimientos en todos los órdenes de la cultura, desde la política y la geografía hasta la historia o la teología. Era un maestro en la lengua esencial para la transmisión de conocimientos en Europa, el latín, pero también en la que permitía divulgar esos conocimientos entre las nuevas clases medias urbanas menos formadas. Se convirtió en el legendario promotor de un nuevo rumbo en la orientación de la cultura europea, que abogaba por sustituir los referentes medievales que se habían ido consolidando durante los cinco siglos anteriores por una nueva reinterpretación de los vestigios residuales de la cultura antigua.
Fue el triunfo definitivo del Renacimiento a partir del siglo XV lo que le dio la razón a Boccaccio y lo que consagró a Dante como el precursor de ese cambio de rumbo trascendental en nuestra cultura. A su vez, la Divina Comedia, precisamente por sus atrevimientos estéticos y por su desmesura, por su mezcla de elementos absolutamente medievales con nuevas propuestas técnicas y temáticas, quedó como la magna obra de un gran genio, un faro aislado cuya luz, conforme más profundas iban siendo consideradas las tinieblas que lo rodeaban, con más fuerza parecía brillar en la lejanía. [E. G.]
EDICIONES DIGITALES
TEXTO ORIGINAL DEL SIGLO XIV: https://amshistorica.unibo.it/170
TEXTO ITALIANO: https://www.liberliber.it/mediateca/libri/a/alighieri/la_divina_commedia/pdf/la_div_p.pdf
TRADUCCIÓN INGLESA: https://etcweb.princeton.edu/dante/pdp/
TRADUCCIÓN ALEMANA: https://www.zeno.org/Literatur/M/Dante+Alighieri/Epos/Die+Göttliche+Komödie
TRADUCCIÓN FRANCESA: https://www.abbaye-saint-benoit.ch/dante/index.htm
TRADUCCIÓN ESPAÑOLA: https://servisur.com/cultural/dante/index.htm