ANTOLOGÍA DE LA LÍRICA TROVADORESCA

 

    A lo largo de los siglos XII y XIII se difunde desde el suroeste de Europa una modalidad de expresión lírica caracterizada por la combinación novedosa de una técnica culta y una lengua vulgar. La poesía lírica de expresión culta se había mantenido a lo largo de la Alta Edad Media asociada a la retórica clerical y a la imitación de la Antigüedad Clásica pero la manifestación de los sentimientos íntimos, y más aún, de los referidos a las relaciones de pareja, no parece haber despertado apenas interés entre los poetas visigodos, carolingios u otonianos y, en todo caso, la lengua poética culta propia de este tipo de manifestaciones literarias había sido siempre el latín.

    Por otro lado, muchas lenguas populares eran ya, hacia el siglo XII, un medio de expresión consolidado en la comunicación literaria oral, como puede comprobarse con los textos  didácticos , narrativos e incluso líricos que han llegado hasta nosotros, pero en ningún caso se habían utilizado esas modalidades lingüísticas en ámbitos culturales de prestigio o por personas que deseasen alcanzar renombre literario. La gran relevancia de la poesía trovadoresca provenzal es, por lo tanto, haber sido la primera vez en la historia de la literatura europea en que una serie de poetas de sólida formación cultural y deseosos de prestigio literario consideran que una lengua diferente al latín podía ser apropiada para la expresión artística de determinados sentimientos ante un público culto.

    Resulta imprescindible, por lo tanto, buscar en primer lugar los orígenes de esta excepcionalidad, lo que nos lleva a plantear la posible influencia de la lírica árabe sobre la  provenzal . La relación del primer trovador, el duque de Aquitania Guillermo IX de Poitiers, con el mundo de las cruzadas –tanto en Oriente Medio como en Al-Ándalus- permite asegurar un primer contacto, a princios del siglo XII, de este tipo de poesía todavía en ciernes con un modelo lírico culto, el árabe, ya consolidado pero completamente innovador todavía para la Europa de la época. Sin embargo, precisamente la procacidad, el cinismo o la socarronería de la poesía del duque de Aquitania se hallan muy alejados de los estilizados poemas andalusíes que él pudo conocer. La influencia árabe en el origen de la lírica occitana –nunca suficientemente demostrada- tendría que ver, en todo caso, con la propia posibilidad de un modelo poético de expresión lírica de los sentimientos, en un tono culto y señorial, en una lengua diferente al latín.

    Sea como fuere, a mediados del siglo XII comienzan a generalizarse las innovaciones líricas desarrolladas por Guillermo de Poitiers y una especie de koiné literaria occitana se convierte en la lengua de pestigio a través de la cual esta poesía va a difundirse por el resto de Europa. En primer lugar, como es lógico, el modelo se consolida en la zona pirenaica, donde el número de trovadores se multiplica en la segunda mitad del XII. A la vez, esta lírica va adquiriendo mayor complejidad y mayor sofisticación. Se desarrollan las teorías de la fin´amors, en donde se manipulan conceptos que no resulta sencillo precisar si provienen del neoplatonismo latino propio de la filosofía europea de la época o, de nuevo, de la lírica árabe, con la que el contacto se amplió en los estados latinos de Oriente Medio. Con las mismas estructuras métricas y el mismo lenguaje poético se van perfilando nuevos temas que pronto se convertirán en tópicos literarios como el “servicio” amoroso, la muerte de amor, el “amor de lonh”, el enamoramiento por la mirada...

    Por cuestiones geográficas y políticas, la lírica provenzal mantuvo una relación directa con tres grandes regiones europeas a través de las cuales se difundió y se consolidó como modelo de prestigio: la Corona de Aragón, Inglaterra y el norte de la península itálica. Al tratarse de un estilo poético culto y cortesano, la difusión pudo hacerse en la propia lengua de origen, debido a la facilidad con que ésta podía ser percibida como propia de un contexto cultural al que los grandes señores, como Alfonso II de Aragón, bisnieto de Guillermo de Poitiers, rey de Aragón y conde de Provenza, o Leonor de Aquitania, nieta de Guillermo de Poitiers y reina de Francia y de Inglaterra, pertenecían por nacimiento. Estos fueron los inicios de un éxito general y prolongado, pero la poesía provenzal amplió su influencia mucho más allá de sus propios límites lingüísticos y sus cuatro líneas principales de difusión fueron las siguientes:

    -          Francia. Tras la derrota de Muret (1213), el Languedoc pasó a depender directamente del reino de Francia, de modo que las relaciones institucionales entre estas dos zonas románicas aumentaron significativamente. El predominio político del norte y la similitud de las variedades dialectales facilitaron la adaptación del modelo y el desarrollo autónomo de la lírica francesa.

    -          Portugal/Galicia. La estrecha relación de las cortes portuguesa y castellana con el Languedoc –la reina Dulce de Portugal era hermana de Alfonso II el Trovador, la reina Leonor de Castilla era hija de Leonor de Aquitania- favoreció un desarrollo autónomo de la lírica galaico-portuguesa que alcanzó su culminación en el siglo XIII cuando el gallego-portugués se convirtió en la lengua de prestigio de la poesía lírica en competencia e incluso sustitución del provenzal.

    -          Germania. La riberas germanas del Rin y del Danubio tienen una importancia especial en la difusión de la lírica provenzal por ser el único caso en el que se adaptó el modelo occitano a una lengua no románica. Esta difusión es trascendental en la historia de la literatura europea pues implica una relación cultural muy intensa del sur de Europa con territorios ajenos a la Romania.

    Al igual que en otros momentos de la literatura europea, la difusión de la lírica provenzal más allá de sus límites lingüísticos y sociológicos originales favoreció el florecimiento de estos nuevos modelos similares en diversas regiones como Portugal, Francia o el Imperio, pero  ninguno de ellos llegó a desarrollarse de forma exitosa fuera de sus límites lingüísticos. Muy diferente fue la fortuna de la última de estas irradiaciones de la poesía provenzal del siglo XIII, la siciliana.

    -          Sicilia. La corte siciliana de Federico II se sumó en el segundo tercio del siglo XIII a la moda de la poesía culta en lengua vulgar que se estaba difundiendo desde el Languedoc por toda Europa. Los notarios sicilianos que trataban de dar prestigio cultural a la corte de su señor suabo utilizaron las modalidades dialectales de la zona, como hacían los trovadores alemanes del Rin con las suyas propias. Y al igual que los trovadores portugueses o los franceses, no tuvieron inconveniente en mantener las convenciones temáticas del modelo al mismo tiempo que experimentaban con nuevas formas poéticas, como el soneto.

    El desarrollo posterior de esta variedad trovadoresca siciliana originó un nuevo modelo global para la lírica europea tras su consolidación en la Toscana de Guido Cavalcanti y Dante Alighieri, el dolce stil nuovo. [E. G.]

 

GUILLERMO IX DE AQUITANIA

CONON DE BÉTHUNE

CERVERÍ DE GIRONA

DINIS DE PORTUGAL

SORDELLO

BERNAT DE VENTADORN

PEIRE VIDAL

WALTHER VON DER VOGELWEIDE