FINÉS: LA MÁS EXÓTICA LENGUA DE EUROPA

    El finés (suomi) es la lengua oficial, junto con el sueco, de  Finlandia . Es hablado por algo más de 5 millones de personas y es la lengua materna del 91,9 por ciento de la población finlandesa (2004). El finés es una lengua fino-úgria, una rama de las lenguas urálicas. Está muy cercanamente emparentado con el estonio, con el que comparte muchas características y vocabulario. Los únicos otros idiomas relacionados con el finés, si bien mucho más lejanamente, son el húngaro, las lenguas sami (laponas), y otras lenguas asiáticas habladas por pequeños grupos en Siberia.

    El finés es una lengua altamente flexiva. Los casos gramaticales o la flexión morfológica no es exclusivamente nominal, sino que afecta también a adjetivos, formas nominales del verbo, algunos adverbios y adposiciones. En total, hay 15 casos, que pueden dividirse en tres grupos: casos gramaticales, casos semánticos y casos marginales. Los primeros se identifican, principalmente, con las principales funciones gramaticales, es decir, sujeto, objeto y atributo; los segundos, también llamados casos locativos, tienen un significado más inherente; y, los terceros, aunque también podrían agruparse entre los casos semánticos por tener un significado inherente, se llaman así debido a su uso más restringido.

    Los dialectos de finés se dividen en dos grupos principales: los dialectos del este (itämurteet) y los del oeste (länsimurteet). El finés escrito, establecido en el siglo XIX, fue un compromiso entre los dialectos principales. La diferencia entre el finés "genérico" (el finés escrito que utilizan los medios de comunicación) con cualquier de los dialectos es tan grande que lingüísticamente hablando deberían clasificarse como idiomas diferentes.

    El idioma finés permaneció como lengua no escrita hasta el siglo XVI pero, por supuesto, el finés gozó de una fértil literatura popular que nos ha llegado gracias a los cantores populares que a lo largo de generaciones transmitieron esos textos. La poesía popular finesa fue recogida a partir del siglo XIX y fue publicada en parte en una colección de 33 volúmenes que recoge 85.000 piezas con 1.270.000 versos.

    La poesía popular finesa puede ser poesía lírica, que se centra en la emoción utilizando imágenes sacadas de la naturaleza y de las actividades de la vida cotidiana o poesía épica, poemas más largos y extensos, en torno a los 100 o 200 versos, que cuentan preferentemente una sucesión de acontecimientos mitológicos. También hay poemas como las poesías para las bodas, de caza, lamentaciones.

    Los encargados de conservar y cantar los poemas populares eran los cantores populares o bardos, a veces acompañados por los kantele. En 1564 se recoge el primer poema popular finés pero fueron escasos los poemas que se conservaron en parte por considerarse un fenómeno pagano y en parte por ser el finés una lengua minoritaria. En el siglo XIX el Romanticismo se va a interesar por la literatura popular y Elias Lönnrot, partiendo de poemas recogidos por él y por otros entusiastas del folclore, redactó la epopeya Kalevala (1835-1849), que consagró la literatura popular como una de las principales fuentes de la literatura finesa escrita.

    Aunque antes de la Reforma ya existían textos religiosos en finés, no conservados, fue Mikael Agricola, primer obispo protestante de Finlandia el autor de los primeros libros en finés. Agricola en 1543 publicó Abckiria, un pequeño abecedario y catecismo, y en 1548 su traducción del Nuevo Testamento, fundamental en la estandarización del finés.

    El siglo XVIII estuvo marcado por el establecimiento de la Academia de Turku que aunque favoreció fundamentalmente al sueco, también ejerció influencia sobre la literatura finesa. En esa época apareció el primer autor teatral, Eerik Justander que tradujo una obra sueca al finés que no se conserva. En el seno de la Academia de Turku se interesaron por la lengua finesa intelectuales como Daniel Juslenius, autor de un diccionario trilingüe o Henrik Florinus, de un vocabulario. Suomenkieliset (1775-1776) fue el primer diario en finés.

    El comienzo del siglo XIX coincidió con el fin del dominio sueco sobre Finlandia, que quedó a partir de 1809 bajo el dominio de Rusia, como un Gran Ducado autónomo en el que la lengua sueca seguía siento la oficial. Sin embargo, entre algunos intelectuales de lengua sueca comenzó a extenderse la consideración del finés como lengua nacional de Finlandia.

    Tras la publicación y el éxito del Kalevala, el número de autores en finés aumentó considerablemente. Aleksis Kivi fue el creador de la primera gran novela en finlandés, Seitsemän veljestä (Los siete hermanos) publicada en 1870. Ya en el siglo XX, Frans Eemil Sillanpää ha sido el único finés en recibir el Premio Nobel (1939). Por esa época aparece una importante generación de escritores, conocidos con el nombre de Los portadores del Fuego ("Tulenkantajat"). El más conocido de ellos fue Mika Waltari, autor de fama internacional por su novela Sinué, el egipcio.