CATALÁN: UNA RICA LITERATURA RECUPERADA

    El catalán es una lengua románica utilizada en la actualidad por unos once millones de hablantes, casi todos  españoles , principalmente en las comunidades autónomas de Cataluña, Valencia e Islas Baleares. En estas tres regiones el catalán es lengua oficial junto con el castellano y, por lo tanto, su uso está normalizado y cuenta con una variedad estándar que se enseña en las escuelas y se utiliza en los medios de comunicación y en la literatura culta. Fuera de España, el catalán es la única lengua oficial del Principado de Andorra, y se habla con normalidad en algunas zonas del sureste de Francia como el Rosellón. En relación con esta amplitud geográfica, el catalán cuenta con distintas variedades. La principal división dialectal es la que distingue a las variedades orientales de las occidentales. Dentro de las primeras destaca la variedad oriental central, propia de la zona de Barcelona, que sirvió en el siglo XIX para establecer lo que hoy funciona como catalán estándar. Otros dialectos occidentales son el mallorquín y los dialectos septentrionales franceses. En el bloque occidental destacan un dialecto meridional, el valenciano, y las variedades aragonesas.

    Como casi todas las lenguas procedentes del latín vulgar, el catalán conserva unos primeros testimonios escritos de en torno al año mil pero su literatura culta no comienza a desarrollarse hasta la   Baja Edad Media  . En sus orígenes, la literatura catalana se vio especialmente influida por la particular situación política de los territorios que componían la Corona de Aragón. Entre los siglos XI y  XIII  Aragón mantuvo una estrecha relación con Occitania, pues el rey de Aragón era también señor de extensos territorios al norte de los Pirineos. Esto hizo que la lengua provenzal sustituyera al catalán como lengua de cultura en el ámbito literario en los territorios hispánicos de la Corona. Incluso un rey de Aragón como Alfonso II se sirvió del provenzal en la segunda mitad del siglo XII para sus poemas trovadorescos. De este modo el florecimiento de la literatura en lengua catalana se retrasó hasta el siglo XIV, momento en el que las ampliaciones territoriales de la Corona en la península ibérica, con la incorporación de los reinos de Valencia y de Mallorca, potenciaron la vigencia de la lengua propia y su utilización creativa.

    Las primeras manifestaciones significativas del catalán literario se dieron en el ámbito de la prosa, tanto  filosófica , con la obra del polífacético Ramon Llull, como histórica, en amplias recopilaciones de hechos de armas de los ejércitos reales (Crónica de Bernat Desclot) o de los mercenarios almogávares (Crónica de Ramon Muntaner). Pero la gran eclosión literaria catalana se dio en el siglo XV, época en la que podemos encontrar obras literarias importantes en todos los géneros: la gran poesía lírica de Ausias March, la novela caballeresca de Joanot Martorell Tirant lo Blanc y representaciones religiosas como el Misteri d´Elx. Resulta muy interesante, además, constatar que esta floración literaria se dio sobre todo en las regiones periféricas del dominio lingüístico (Valencia y Mallorca), lo cual indica el alto grado de implantación de la lengua en las regiones más recientemente catalanizadas.

    La nueva situación política de la Corona de Aragón en el siglo XVI tras su unión definitiva con Castilla en la persona del emperador Carlos V tuvo una repercusión trascendental en el desarrollo histórico de la lengua catalana. En el complejo mosaico lingüístico que componían los dominios del Emperador, el  castellano  fue la lengua de prestigio que se impuso para la comunicación culta en sus dominios hispánicos, desplazando no solo al catalán en la Corona de Aragón sino incluso al portugués en Galicia y en Portugal a partir de Felipe II. Este retroceso del catalán como lengua de cultura en la Etapa Clásica hizo que casi desapareciera de las ciudades y que su producción escrita fuera mínima durante trescientos años, hasta el siglo XIX. Por el contrario, en la segunda mitad de este siglo, como consecuencia de la difusión por toda Europa del pensamiento nacionalista propio de la Etapa Disolvente, se produjo en Cataluña un movimiento de recuperación cultural que se conoce como Renaixença. El catalán volvió a ser utilizado para la composición de obras literarias relevantes como el teatro de Àngel Guiméra, las epopeyas de Jacint Verdaguer o la lírica de Joan Maragall. En esta época, además, se establecen las bases normativas de un catalán estandarizado, que permitirá la conservación primero y la generalización posterior de la variedad oficial que se utiliza en la actualidad.

    Todavía en el siglo XX, sobre todo tras la Guerra Civil, el catalán se vio duramente reprimido por una normativa española que limitaba su uso cotidiano y potenciaba al castellano como única lengua de cultura en España. Sin embargo, la llegada de la democracia y el reconocimiento del catalán como una de las lenguas territoriales de España, junto con el vasco y el gallego, han permitido que en la actualidad el catalán cuente con una presencia normalizada en su ámbito regional, sea la base de un rico bilingüismo y cuente con una producción literaria de enorme importancia con novelistas como Jesús Moncada, recientemente fallecido, y poetas como Pere Gimferrer. [E. G.]