1958: BORÍS PASTERNAK - DOCTOR ZHIVAGO
I: BORÍS PASTERNAK
El poeta ruso Borís Leonídovitch Pasternak nació en el seno de una familia de judíos asimilados de buena posición con una trayectoria exitosa en mundo del arte. Su padre era un pintor de prestigio y su madre una renombrada concertista de piano, ambos ucranianos de origen. Pese a sus orígenes judíos, a principios de siglo la familia se convirtió al cristianismo ortodoxo y Borís se educó de acuerdo con su nueva religión. El trabajo de su padre como profesor de pintura había hecho que la familia se trasladara a Moscú, donde el futuro escritor nació en 1890. Educado en un ambiente cultural privilegiado, Pasternak conoció en su infancia a Tolstoi, junto a quien su padre trabajó para una serie de cuadros sobre Guerra y Paz; de hecho, toda la familia se consideraba ideológicamente tolstoiana. Y por su casa pasaron también, durante su infancia, el poeta alemán Rainer María Rilke y los músicos rusos Alexander Scriabin y Sergei Rachmaninov.
Aunque sus primeros estudios fueron musicales, a partir de 1908 Pasternak comienza sus clases de Derecho en la Universidad de Moscú. En esos años se traslada en varias ocasiones con su familia a Alemania, sobre todo a la ciudad de Marburgo, donde llega a proponer matrimonio a Ida Wissotzkaya en 1914, sin éxito. De allí el poeta regresa a Moscú justo antes de que comience la I Guerra Mundial y allí se relaciona con el grupo futurista local y publica su primera recopilación de poesía, El gemelo en las nubes, que alejándose del Simbolismo sigue las pautas de la Vanguardia. Durante la guerra trabaja en una fábrica química en los Urales y tras la Revolución de Octubre rechaza marchar al exilio, al revés que la mayor parte de su familia y de sus amigos.
Su primer libro de poesía importante será Mi hermana, la vida, de 1917, que, publicado en 1922, marca un hito en historia de la lírica rusa de esa década. Ese mismo 1922 el poeta se casará con la pintora Evgeniya Lurie, con la que tendrá a su hijo Evgeni al año siguiente.
Durante los años 30, Pasternak se distancia de los principales poetas revolucionarios como Vladimir Maiakovski y, debido a sus vínculos con otros poetas represaliados como Osip Mandelstam o Marina Tsvietaieva, cae en desgracia ante las autoridades soviéticas. Su poesía es acusada de subjetivismo y alejamiento del estilo socialista. De los años 30 es también su apasionado romance con Zinaida Neuhaus, que tras el divorcio de ambos, se convierte en su segunda esposa. Pasternak no llega a sufrir directamente la represión política que acabó con la vida de otros escritores, debido, al parecer, a la protección personal de Stalin, pero se vio obligado a ganarse la vida dedicándose a la traducción del alemán -Kleist, Brecht, Goethe- y del inglés -Shakespeare-.
Acabada la II Guerra Mundial y pese a estar casado, comienza una relación apasionada con Olga Ivínskaia, una escritora 22 años más joven que él. Debido, al parecer, a esta relación con el poeta, Olga fue arrestada y enviada al Gulag en 1950, donde permaneció tres años, hasta la muerte de Stalin. Sin embargo, fue gracias a sus gestiones como se logró la publicación en 1957 en Italia, en italiano, de la primera edición de Doctor Zhivago. La distribución de la novela en Europa con la colaboración de la CIA impulsó la decisión de la Academia Sueca de concederle el Premio Nobel al escritor en 1958, un premio para el que era candidato desde hacía varias décadas por su lírica. Las autoridades soviéticas criticaron al autor como “agente del Occidente capitalista, anticomunista y antipatriótico” y le prohibieron su regreso a la Unión Soviética si iba a recoger el premio, razón por la cual lo rechazó. Solo dos años más tarde Borís Pasternak moría en la miseria a consecuencia de un cáncer de pulmón. Doctor Zhivago no apareció en la Unión Soviética hasta 1988, casi treinta años después, en tiempos de la perestroika.
II: DOCTOR ZHIVAGO
Doctor Zhivago es una atractiva novela escrita por un gran poeta, que debe su fama a la torpe idea del Comité Nobel de la Academia Sueca de esperar a darle el premio a Pasternak inmediatamente después de su publicación, lo que la condenó a ser leída como una novela antisoviética e involucró a Pasternak en una Guerra Fría a la que era ajeno.
Dejando aparte a la CIA, Doctor Zhivago es una gran novela rusa del siglo XIX bellamente anacrónica, escrita a mediados del siglo XX por un poeta que no sabía muy bien qué hacer con la maravillosa historia de amor que bullía en sus venas. Es fácil imaginar a este gran escritor ruso, que en su niñez había conocido, amado y admirado a Tolstoi, consciente de que su relato, el que había ido grabando a fuego su propia biografía, y la parte de la Historia de Rusia que le había tocado vivir, estaban a la altura de Guerra y Paz. Que su historia de amor con Olga Ivinskaia se correspondía, como mínimo, con el improbable romance de Natasha con Pierre Bezújov, dado que él no sería nunca el príncipe Andrei.
Borís Pasternak fue acusado por el régimen soviético de subjetivismo. No puede haber acusación más acertada para Doctor Zhivago. Consciente de la trascendencia de los acontecimientos históricos que le habían tocado vivir, Pasternak, sin embargo, no pretendió, como Tolstoi, novelar el progreso de la Historia. Por el contrario, en Doctor Zhivago asistimos a la supervivencia del personaje frente a la Historia. Ni la revolución soviética ni la contrarrevolución blanca ocupan un lugar protagonista en la novela. Quien no conozca de antemano los acontecimientos históricos del periodo 1915-1925 en Rusia difícilmente entenderá el juego de poderes, de tropas en conflicto, de vencedores y vencidos, que se agolpan y se suceden a lo largo de toda la novela. La Historia, el movimiento colectivo que tanto interesaba a Tolstoi y que justifica Guerra y Paz, solo suministra un telón de fondo confuso, abigarrado y subsidiario, contra el que se proyecta la monumental historia de amor de Yuri y Lara, la única razón de ser de la novela. En este sentido, Doctor Zhivago es, en efecto, una novela profundamente contra-revolucionaria. Y su contenido, abigarrado también y a ratos caótico, intentando superar sin éxito el mero romanticismo a base de Historia y, sin embargo, recayendo en ese lirismo ególatra y panteísta que es a la vez lo mejor y lo más anacrónico de la novela, no hubiera alcanzado nunca el éxito que tuvo de no haber sido por la intervención de la CIA.
El hecho de que fuera necesario todo un complot internacional para que Doctor Zhivago se publicara fuera de la URSS y que desde Occidente se explotara el rencor de la intelligentsia soviética contra el poeta, hizo de Doctor Zhivago una lectura política, algo muy diferente de lo que Pasternak había escrito. En la novela no solo no hay un rechazo de la Revolución ni de sus ideales sino que algunos líderes revolucionarios aparecen como auténticos héroes, por más que Yuri Zhivago no pueda sentirse identificado con ellos. Pero el lector percibe en ello una debilidad del protagonista, no un rasgo envidiable que haya que emular. Yuri ama y vive para su amor porque no puede hacer otra cosa. La Historia o el Partido no tienen nada que ver con ello. Pero tampoco la Libertad, el Capitalismo o la Democracia.
Doctor Zhivago es un reconocimiento existencial del individuo pero no como reivindicación gloriosa sino como elegía. En medio de un mundo viejo en ruinas o de un caótico mundo nuevo, un hombre y una mujer se aman. No pueden hacer otra cosa, aunque querrían, porque ellos dos no son héroes sino seres humanos; solo son Yuri y Lara. Lo cierto es que tampoco casi ninguno de nosotros, ni en la URSS ni en USA , tampoco en la UE, somos unos héroes. Poco más podemos hacer que vivir honradamente estos pocos años maravillosos de vida que se nos han concedido y amar con todo nuestro corazón a los seres que nuestro corazón ha elegido. La grandeza de Pasternak fue, durante toda su vida de poeta, su capacidad para plasmar en sus versos “subjetivos”, como en esta novela, la gloria y la belleza de esta vida y de este amor inmensos. [E. G.]