MAQUIAVELO: UNA REFLEXIÓN SINCERA SOBRE LA POLÍTICA

    Nicolás Maquiavelo nació en un pueblo cercano a Florencia en 1469 en una familia culta de orígenes nobiliarios pero empobrecida. Su vida puede dividirse en tres periodos, que coinciden, además, con los avatares históricos de la República de Florencia y el gobierno de la familia de los Medici. La juventud de Maquiavelo coincide con la grandeza de su ciudad natal como potencia italiana, bajo el mandato de Lorenzo de Médici, El Magnífico. La caída de los Médici en 1494 se produce el mismo año en el que Maquiavelo ocupa por vez primera un puesto público al servicio de la República. Allí trabaja hasta 1512, cuando el regreso de los Médici al poder hizo que Maquiavelo perdiera su puesto. Los Médici gobernaron Florencia desde 1512 hasta 1527, año en el que se vieron obligados de nuevo a abandonar el poder. Durante esta época Maquiavelo, exiliado, se dedica a escribir sus obras más importantes y muere pocas semanas después de la expulsión de los Médici.

    En la parte central de su vida, a partir de 1494 y después de servir cuatro años en una oficina pública, Maquiavelo fue nombrado Canciller y Secretario de la Segunda Cancillería, época en la cual fue enviado a diversas misiones diplomáticas. Entre ellas destacan su viaje a Francia en 1500 para convencer a Luis XII de la conveniencia de continuar la guerra contra Pisa, su estancia en Roma en 1503, a la muerte de Alejandro VI, para supervisar la elección del sucesor, Julio II, y su embajada ante el emperador Maximiliano I, en 1507, para disuadirle de invadir territorios italianos.

    Pero la vida pública de Maquiavelo estuvo marcada, sobre todo, por los acontecimientos históricos derivados de la ambición del papa Alejandro VI y de su hijo, César Borgia, duque de Valentinois. De hecho, en El Príncipe, Maquiavelo no encuentra mejores preceptos que enseñar que los patrones de conducta de César Borgia. Por ello, para algunos críticos, César es el «héroe» de El Príncipe. Sus ocupaciones diplomáticas giraron también en torno a los sucesos provocados por la Liga de Cambrai, formada en 1508 entre las tres grandes potencias europeas y el papa, con el objeto de destruir a la República Veneciana.

    Al regreso de los Médici al poder en Florencia en 1512, Maquiavelo, pese a sus esperanzas de retener su puesto, fue despedido de inmediato, apresado y torturado, acusado de haber tomado parte en una conspiración. Sin embargo, el nuevo pontífice, León X, también un Medici, medió para liberarlo y Maquiavelo pudo retirarse a su pequeña localidad natal en San Casciano in Val di Pesa. Aquí malvivió dedicado a la agricultura y a la ganadería al mismo tiempo que escribía sus principales obras literarias.

    Primero escribe los Discursos de la primera década de Tito Livio, donde muestra su verdadera visión política, describiendo como mejor forma de gobierno una república. Al mismo tiempo, redacta su obra más famosa, El Principe, sobre la práctica política de quien aspire a hacerse con el poder y mantenerlo, y poco después un magnífico ejemplo de comedia clásica en lengua italiana, La mandrágora.

    Maquiavelo fue favorecido por una amnistía en 1521 pero poco después fue acusado de nuevo de estar involucrado en un golpe de estado contra los Médici, por lo que volvió a ser torturado y encarcelado durante un corto espacio de tiempo. Después empezó a trabajar en la academia humanista de Bernardo Rucellai, traduciendo la obra griega de Polibio, hasta que un nuevo papa Medici, Clemente VII, le encargó una obra sobre la historia de Florencia. Nicolás Maquiavelo murió en 1527, a los 58 años, olvidado e ignorado por sus contemporáneos. Su legado tuvo más éxito en siglos posteriores que en la época en la que vivió.

    Se considera a Maquiavelo como uno de los teóricos políticos más notables del Renacimiento, pues con su aportación teórica se inicia la modernidad política. Pese a lo que pudiera pensarse por el éxito de su tratado El Príncipe, en realidad Maquiavelo siempre defendió la colectividad frente a la individualidad. En sus Discursos, se declara partidario de la república, partiendo del supuesto de que toda comunidad tiene dos espíritus contrapuestos que deben conciliarse, el del pueblo y el de los nobles (que quieren gobernar al pueblo). Para Maquiavelo el mejor régimen es una República bien organizada, como la República Romana, que logre dar participación a los dos partidos de la comunidad para de esta manera contener el conflicto político. Ninguna de las otras formas de gobierno como la aristocracia, la tiranía, la democracia o la monarquía logran el equilibrio de los partidos dentro del régimen, por lo que son inestables.

    Curiosamente, todo esto entra en contradicción con las teorías políticas expuestas en El Principe, donde se ocupa de las cualidades que debe poseer aquella persona que aspire a asumir el poder total del gobierno. En realidad, el principado y la república, en la obra de Maquiavelo, deberían ser entendidos como formas de gobierno subordinadas a su auténtica preocupación política: la formación de un Estado moderno en la  Italia  de su tiempo. Los Discursos plantearían una teoría política ideal de gobierno mientras que El Príncipe reflexionaría sobre los auténticos condicionantes de la política de su tiempo. En todo caso, distintos textos del pensador arrojan luces y sombras sobre la coherencia interna de su obra.

 

PRINCIPALES OBRAS

    •          Discursos sobre la primera década de Tito Livio, 1512-1517

    •          El Príncipe, 1513

    •          De la lengua, diálogo, 1514

    •          La mandrágora, comedia en prosa, 1518

    •          Historia de Florencia, 1520-1525