GIOVANNI VERGA: EL GRAN MAESTRO VERISTA SICILIANO

    Giovanni Verga nació en  Sicilia  en 1840 en una familia de pequeños terratenientes, lo cual le permitió recibir una formación escolar reglada y cursar estudios superiores en la Facultad de Derecho de la Universidad de Catania, que, sin embargo, dejó incompletos para dedicarse a la creación literaria y el periodismo. De este modo, en 1860, coincidiendo con las guerras de la unificación italiana, funda en Catania su primera revista al tiempo que colabora en L’Italia contemporanea. Su primera publicación importante en el campo de la novela realista es Casa de té, de 1862.

    Entre 1865 y 1871 se instala en Florencia, entonces capital del recién creado reino de Italia, y escribe, sin éxito, para el teatro. Estos años florentinos serán fundamentales para su formación literaria pues se da a conocer en los ambientes culturales más prestigiosos del momento. Por entonces publica Una pecadora, novela melodramática, y, sobre todo, la Storia di una capinera, en 1870, en el periódico de moda Il Corriere delle Dame, con gran éxito. De Florencia, Verga se traslada a Milán, donde se establecerá hasta 1893. En los ambientes literarios milaneses se interesará por el verismo, variante italiana del naturalismo, y leerá a los grandes autores europeos del momento, como  Zola  o los Goncourt. De hecho, aunque sus novelas de los años 70 no representan todavía el más puro estilo del autor, por entonces elabora ya un primer esbozo de I Malavoglia, su obra más característica. De esa época data también el proyecto conjunto de cinco novelas que recibirá el nombre de Ciclo dei Vinti, entre las que, además de la anterior, se encuentra también su otro gran éxito, Mastro-don Gesualdo. De acuerdo con el proyecto de Verga, este ciclo debía representar todas las clases sociales italianas.

    De 1881 es Los Malavoglia, que no consigue la repercusión deseada y que el propio autor considera un “fiasco pieno e completo”. Por eso en los años siguientes Verga se centrará, sobre todo, en la redacción de una serie de doce novelas cortas, que luego reunirá con el título de Novelle rusticane y los cuentos de Per le vie, que iban siendo publicados en revistas como la Domenica letteraria. Así, el éxito le sorprenderá en 1884 gracias a uno de los relatos de Vita dei campi, titulado “Cavalleria rusticana”, transformado en obra de teatro en Turín en 1884, a la que seguirá la aún más aclamada versión operística de Mascagni en 1890. Sin embargo, este inmenso éxito comercial llevará a Verga a un largo pleito judicial, de más de tres años, por sus derechos de autor. Por fin, en la década de los 80, afectado por una grave crisis sicológica debida a sus preocupaciones financieras y a su incapacidad para sacar adelante su Ciclo dei Vinti, decide regresar a Sicilia, pero antes de hacerlo, en 1888 todavía publica por entregas Mastro-don Gesualdo.

    A partir de 1893 Verga se instala definitivamente a Catania, donde permanecerá hasta su muerte. Por entonces comienza a apartarse del estilo verista que le había hecho famoso para acercarse al posromanticismo. Al mismo tiempo, adapta nuevas piezas dramáticas a partir de sus propios relatos o publica alguna nueva narración esporádica como La caza del lobo, de 1897.

    En su vida privada, aunque nunca formó una familia propia, hay que referirse a sus relaciones sentimentales, que duraron casi toda su vida, con la condesa de Sordevolo, o las que mantuvo con la también condesa Paolina Greppi entre 1878 y 1905. Aunque su pensamiento se había caracterizado siempre por un gran pesimismo, con la edad, sus ideas sociales se vuelven cada vez más conservadoras, debido a su desconfianza hacia el progreso y a sus simpatías por la tradición como única forma de proteger a las clases populares. Esto le llevó, también, a criticar la democracia parlamentaria y apoyar el colonialismo italiano. Durante toda su vejez siciliana, su desapego del resto del mundo y su reserva aumentaron cada vez más, aunque siempre sin abandonar su benevolencia hacia los humildes.

A la muerte de su hermano Pietro, en 1903, adoptó a sus sobrinos y, cada vez más alejado del mundillo literario, redujo su producción novelística para dedicarse al cuidado de sus tierras. Durante la Primera Guerra Mundial apoyó la política belicista del también escritor Gabriele D’Annunzio y en la posguerra se acercó al movimiento fascista, mostrando simpatías por Benito Mussolini. En 1920, Giovanni Verga fue nombrado senador del Reino por Vittorio Emanuele III y murió en una hemorragia cerebral en Catania en 1922.

    La ideología que está en la base de su mejor literatura es una personal reinterpretación de importantes teorías científicas de la época como la del darwinismo social, y del positivismo e impersonalidad literarias de los naturalistas. Verga adopta un sentido pesimista de la vida sin ninguna esperanza de mejora social: solo algunos valores estables como la familia y el trabajo pueden dar un poco de serenidad al ser humano.

PRINCIPALES OBRAS

    Una pecadora, 1866, novela.

    Storia di una capinera, 1871, novela.

    Vida de los campos, 1880, relatos, entre los que está “Cavalleria rusticana”.

    I Malavoglia, 1881, novela.

    Pan negro, 1882, relatos.

    Novelle rusticane, 1883, relatos.

    Mastro-don Gesualdo, 1889, novela.