SUECIA: EL IMPERIO DEL BÁLTICO

 

    Suecia es un país de la península escandinava, fronterizo con Noruega al oeste y con Finlandia al este. Al sur, está unido a Dinamarca por el puente del Öresund, de cuatro kilómetros de largo. Tiene una superficie de casi 500.000 km.2, lo que lo convierte en el quinto país más extenso de Europa tras Rusia, Ucrania, Francia y España. Sin embargo, su densidad de población es muy baja. El norte de Suecia está ocupado por Laponia, cuyos habitantes se denominan a sí mismos samis, y que habitan igualmente en la parte norte de Noruega y Finlandia y en las regiones más noroccidentales de Rusia. La capital de Suecia es Estocolmo y su lengua oficial el sueco, aunque el finés y el sami también se hablan, sobre todo en el norte.

    La primera mención escrita del pueblo sueco (suiones en latín) aparece en la obra del historiador latino Tácito en el siglo I. Mucho después, la epopeya anglosajona Beowulf describe conflictos entre los suecos y los godos (gautas) de Escandinavia hacia el siglo VII, que concluyen con el predominio de los suecos en la parte más occidental del mar Báltico. Luego, durante los siglos IX y X la cultura vikinga se expande por toda Escandinavia gracias al comercio, el pillaje y los movimientos de colonización, que en el caso de Suecia se dirigen hacia el fondo del Báltico, la Rus de Novgorod y el Mar Negro.

    La cristianización, a partir del siglo XI, se concreta en la creación del obispado de Lund, dependiente primero del arzobispado germano de Bremen, pero convertido ya en el año 1104 en arzobispado metropolitano para toda Escandinavia. Esto facilita la consolidación de un estado sueco en la orilla norte del mar Bático, que pronto va a comenzar una exitosa expansión hacia el noreste, conquistando los territorios fineses durante las cruzadas bálticas, sobre todo en el siglo XIII. Esto lleva a la Suecia católica a enfrentarse con la República de Novgorod, de religión ortodoxa en la parte más oriental del golfo de Finalandia. Las tensiones entre ambos estados no se apaciguaron hasta la firma en 1323 del tratado de Nöteborg, que establecía la frontera desde el sur del lago Ladoga hasta la punta norte del golfo de Botnia.

    La Suecia moderna surgió de la Unión de Kalmar, creada en 1397. Ese año los tres estados escandinavos, Noruega, Dinamarca y Suecia, se unieron en una sola monarquía de tipo confederal bajo el dominio de Dinamarca. Esta unión de coronas se mantuvo durante todo el siglo siguiente aunque con repetidos intentos de los suecos por recuperar su independencia. Sin embargo, de esta época es la creación de la Universidad de Uppsala, el primer centro de estudios superiores construido en la península escandinava y concebido, precisamente, para el desarrollo cultural conjunto de los tres países. Finalmente, en 1521 Suecia abandona la Unión de Kalmar cuando el noble sueco Gustav Eriksson Vasa, considerado hoy en día el padre de la nación sueca, restablece la independencia de la corona con el nombre de Gustavo I. Su reinado se caracterizó, además, por la adopción de la Reforma protestante y por la creación de una asamblea de cuatro cámaras, el Riksdag, que dirigió el gobieno de Suecia durante los siglos siguientes.

    A partir de ese momento y a lo largo del siglo XVII, Suecia se afirma como una gran potencia europea, debido, sobre todo, a sus éxitos en la Guerra de los Treinta Años y a las reformas políticas del canciller Oxenstierna. Pero esta posición se debilitó en el siglo XVIII cuando la Rusia de Pedro I impuso su dominio en buena parte del Báltico tras su victoria sobre los suecos en la batalla de Poltava y, más áun, ya en 1809 cuando, durante las guerras napoleónicas, Rusia arrebata a Suecia el Gran Ducado de Finlandia.

    Otra de las consecuencias de ese periodo histórico es que, también en 1809, el mariscal napoleónico Jean-Baptiste Bernadotte, cuyos descendientes siguen reinando aún en Suecia, fue elegido heredero del trono y rey con el nombre de Carlos XIV. Poco después, en 1814, se llevó a cabo la unión de las coronas de Noruega y Suecia en la persona del rey de Suecia, unión que fue disuelta en 1905 cuando Noruega declaró su independencia.

    Durante el siglo XX, Suecia consiguió mantener su neutralidad durante la Primera y la Segunda Guerras Mundiales, aunque apoyó a Finlandia a defenderse de la tentativa de invasión soviética de 1940. La neutralidad sueca se mantuvo también durante la Guerra Fría e incluso hoy en día Suecia no es miembro de ningún tratado de alianza militar. Esto no fue impedimento, sin embargo, para que se adhiriera a la Unión Europea en 1995.

    La industrialización, que comenzó en ese país escandinavo a finales del siglo XIX, permitió a Suecia desarrollarse económicamente y convertirse en un país moderno. Como consecuencia de ello, hoy cuenta con un lugar destacado en la clasificación europea de desarrollo humano. También posee grandes reservas de agua potable pero carece de fuentes energéticas fósiles como el carbón o el petróleo. Con todo, Suecia es desde hace mucho tiempo un gran exportador de hierro, cobre y madera y cuenta con grandes marcas multinacionales –Ericsson, SAAB, Ikea...-, que se extienden por todo el mundo. Por otro lado, Suecia era considerado, solo hace diez años, el país más democrático del mundo. [E. G.]